A partir de 1976 la estructura productiva y financiera de la Argentina se modificó para siempre, llegando a ser la deuda externa la columna vertebral del empobrecimiento creciente de gran parte de la población, por un lado, y la concentración de la riqueza, por el otro. A partir de aquella fecha cada crisis recurrente de la deuda aparece en paralelo al crecimiento de los índices de pobreza o de las variables que tienen mayor impacto negativo sobre los sectores más vulnerables de la población.En los momentos más terribles vividos por la sociedad argentina una figura se repite ocupando importantes lugares de toma de decisiones claves para el proceso de endeudamiento acompañados por contextos sociales e institucionales impregnados de crisis y sufrimiento. Aquél hombre, referente mundial del neoliberalismo de los noventa, y de la demonización de la intervención del Estado, egresado y doctorado de la Universidad Pública y becado por la OEA (un organización internacional íntegramente gubernamental) para continuar sus estudios en Harvard, quedó en la historia emotiva de la sociedad por algunas de sus célebres frases: “Con la convertibilidad habrá más de seis décadas de crecimiento y prosperidad” (1992)“Festejemos porque este año se va y viene uno nuevo, viene un año mejor (...) La Argentina no tiene riesgos, la Argentina es segura y previsible. El 2001 será un gran año para todos. Qué lindo es dar buenas noticias”(2000)Por Florencia Melo
También es recordado por sus desmesuradas declaraciones, mientras los jubilados y trabajadores reclamaban por sus magros ingresos, al afirmar que necesitaba para vivir no menos de $10.000 (en ese momento U$ 10.000)
En la comunidad científico-universitaria argentina, el Súper endeudador es reconocido por haberlos menospreciado al invitarlos a “lavar los platos”, cuando se demostró científicamente que el crecimiento de la pobreza y de la desocupación eran el resultado directo de las políticas neoliberales por él impulsadas y ejecutadas. Tal expresión puso de manifiesto no sólo su desprecio por la ciencias sociales y el sistema científico público, sino también por su postura profundamente machista, ya que aquél imperativo estaba dirigido contra la socióloga Susana Torrado, reforzando los estereotipos de género que indican que las mujeres no deben inmiscuirse en asuntos públicos, ni científicos, ya que nuestro lugar “natural” es el ámbito doméstico.
El personaje endeudador no solo perjudicó al país desde lo económico y lo financiero, sino también desde lo social y lo cultural.
Durante su gestión como Ministro de Economía de la Nación, en los gobiernos de Menem y De la Rúa, estructuró el sistema de endeudamiento mediante a la desposesión de activos públicos a través de las privatizaciones de empresas públicas de importancia estratégica y la pérdida sostenida de la Soberanía Nacional a favor del capital financiero internacional.
Domingo Felipe Cavallo nació en San Francisco, Córdoba en 1946, cursó sus estudios de grado y doctorado en Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Córdoba, fué becado por la OEA para completar su formación en la Universidad de Harvard en 1976.
Ocupó los siguientes cargos importantes:
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1969: Subsecretario de Desarrollo del Gobierno en la Pcia. de Córdoba
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1970-1972: vicepresidente del Directorio del Banco de la Provincia de Córdoba
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1972-1975: profesor de Economía en la Universidad Nacional de Córdoba
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1977-1982: además de la docencia dirigió el Instituto de Estudios Económicos de la Fundación Mediterránea, creado por él mismo.
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1982: nombrado presidente del Banco Central de la República Argentina por el general Leopoldo Galtieri en plena dictadura militar.
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1983-1986: Profesor universitario
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1987: elegido Diputado Nacional por Córdoba
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1989-1991: Ministro de Relaciones Exteriores y Culto
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1991-1996: Ministro de Economía y Obras y Servicios Públicos
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2000-2001: Ministro de Economía
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2002: Fué detenido durante 65 días con prisión preventiva por presunta responsabilidad en el contrabando de armas a Croacia y Ecuador
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Florencia Melo, agosto 2022